De todas esas ideas futuristas, la primera en cristalizar —nunca mejor dicho— ha sido la del espejo, comercializada por japoneses, como no. Esta primera versión ofrece múltiples utilidades; desde las básicas como consultar el correo, las notas y el calendario hasta otras más avanzadas, algunas de las cuales se muestran en el vídeo a continuación.
Como se puede ver en el vídeo, las funciones del espejo son bastante completas, aunque la mayor pega que le veo, sobre todo para algo que pretende ser tan futurista — y que cuesta 6000 euros —, es que la pantalla no es táctil, sino que todo se maneja con un mando
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